El Método Romero Gunset
por Lara Marmor
A partir de sus performances Belén Romero Gunset busca formular sus propias ontologías. Con las respuestas que surgen tras todo tipo de preguntas pero también con la creación de sus propios métodos intenta trascender el mundo del arte. Atravesada por el espíritu de época, recorre un ideario, que define como contestario, también como lésbico-queer, post-humanista, utópico-crítico, ético y tecno-futurista. Esto no responde a una agenda sino a una representación, a una manera que la artista reconoce de estar en el mundo, el lugar desde donde produce.
La acompañan desde Diógenes hasta Spinoza. También los manuales de autoayuda o el saber de la técnica de la anti-gimnasia. Hacer obra para R.G. es generar conocimiento a la vez que involucrarse en un proceso terapéutico en el plano personal y para los otros. No olvidemos que el asunto siempre se trata de resolver problemas… Desde una posición fenomenológica, la artista reconoce su ser en relación con otro: ella siente que puede ver y entender el dolor de los demás.
Comenzó su carrera en la provincia de Tucumán, en el noroeste argentino, hasta que, en 2008 con Pan duro, el dúo que conformaba con Soledad Alastuey ganó un premio en Curriculum Cero, un concurso para jóvenes artistas que impulsaba la prestigiosa galería Ruth Benzacar. A partir de entonces, junto a un grupo de jóvenes artistas que entraron en la escena artística porteña en los 2000, se sumó al gran periplo del arte contemporáneo.
Quienes la han visto romper como loca todas las cosas que la rodeaban en Roto (2011) difícilmente la puedan olvidar. Radicalidad, híper-empatía, grandilocuencia, elasticidad física y mental son algunas de las cualidades que definen a la práctica artística de B.R.G. mientras investiga, pregunta, sana, escucha, salta o habla en cada una de sus performances.
Arte contemporáneo Belén Romero Gunset arte contemporáneo Belén Romero Gunset
El Método Romero Gunset
por Lara Marmor
A partir de sus performances Belén Romero Gunset busca formular sus propias ontologías. Con las respuestas que surgen tras todo tipo de preguntas pero también con la creación de sus propios métodos intenta trascender el mundo del arte. Atravesada por el espíritu de época, recorre un ideario, que define como contestario, también como lésbico-queer, post-humanista, utópico-crítico, ético y tecno-futurista. Esto no responde a una agenda sino a una representación, a una manera que la artista reconoce de estar en el mundo, el lugar desde donde produce.
La acompañan desde Diógenes hasta Spinoza. También los manuales de autoayuda o el saber de la técnica de la anti-gimnasia. Hacer obra para R.G. es generar conocimiento a la vez que involucrarse en un proceso terapéutico en el plano personal y para los otros. No olvidemos que el asunto siempre se trata de resolver problemas… Desde una posición fenomenológica, la artista reconoce su ser en relación con otro: ella siente que puede ver y entender el dolor de los demás.
Comenzó su carrera en la provincia de Tucumán, en el noroeste argentino, hasta que, en 2008 con Pan duro, el dúo que conformaba con Soledad Alastuey ganó un premio en Curriculum Cero, un concurso para jóvenes artistas que impulsaba la prestigiosa galería Ruth Benzacar. A partir de entonces, junto a un grupo de jóvenes artistas que entraron en la escena artística porteña en los 2000, se sumó al gran periplo del arte contemporáneo.
Quienes la han visto romper como loca todas las cosas que la rodeaban en Roto (2011) difícilmente la puedan olvidar. Radicalidad, híper-empatía, grandilocuencia, elasticidad física y mental son algunas de las cualidades que definen a la práctica artística de B.R.G. mientras investiga, pregunta, sana, escucha, salta o habla en cada una de sus performances.